Pone así el ejemplo de un hombre que al ver a una mujer ve «despertada» la concupiscencia; su mente se pervierte por el ansia carnal y 29 le incita a un bajo deseo, pero consigue refrenar este lascivo anhelo mediante el poder de la «templanza» (Seito Teipsum, cap. Tomando prestado el vocabulario de teorías posteriores, puede ser útil denominar a estas concepciones «racionalista» e «intuicionista», respectivamente. Literatura peruana. WebTradiciones peruanas. Sin duda tiene gran fuerza su idea de que lo que hace necesaria la moralidad es el conflicto -pues un estado armónico «inocente» no la necesitaría. Esto deter1mina importantes diferencias entre la obra de Rawls, incluso en sus momentos más kantianos, y la ética de Kant. El cometido característico de la ética filosófica moderna se formó a medida que las ideas del supremo bien y de la voluntad del Dios cristiano llegaron a parecer cada vez menos capaces de ofrecer una orientación práctica. En los escritos de San Anselmo estos dos factores se unen para formar una discusión ordenada lógicamente que iba de los «axiomas» a las conclusiones derivadas. 1) Creo que la tesis conductista siempre fue una exageración obvia. ¿Es reversible la moralidad? Además, dada su formulación tan racionalista del conocimiento moral (que examino más adelante) no debería sorprender que éste considere la conciencia equivalente a la razón práctica o «recta» (recta ratio). Otros autores, sobre la base de la(s) parábola(s) de los talentos (Mat. Los principios del deber de Kant son ciertamente abstractos, y Kant no proporciona un conjunto de instrucciones detallado para seguirlo. Podemos llegar a estar vinculados directamente a nuestros principios morales -decía- igual que un avaro se apega a su dinero, aun cuando partamos de considerarlos instrumentos para nuestra propia felicidad. Una acción es buena porque es idónea, según la naturaleza de las cosas -una naturaleza que se debe al designio y creación de Dios. Los quince volúmenes de la actual edición Blackfriars de la Summa Theologiae y muchos otros comentarios y tratados independientes se refieren de una u otra forma a la ética y los valores. Esto no debe causarle engorro, pero su tarea actual es proporcionar una explicación plausible de los bienes humanos básicos y sus implicaciones y con ello proporcionar una alternativa al fácil pluralismo de gran parte del pensamiento moral contemporáneo. Esta tendencia se debió en parte al redescubrimiento de los autores de la antigüedad clásica y a la mayor disponibilidad de sus obras gracias a las traducciones. Se trata de la convicción de que las personas comunes pueden obtener una orientación suficiente para obrar aplicando conscientemente principios morales abstractos. 1, págs. 5. Entre los perjuicios causados por estas invasiones estuvo la destrucción del sistema educativo romano que, mediante las escuelas ubicadas en las ciudades principales, había proporcionado administradores para el Imperio. LA TRADICIÓN DEL CONTRATO SOCIAL. Pero esto no puede significar que la moralidad, tal y cual existe realmente por doquier, sólo deriva de este autointerés calculador. En sus propias palabras: «Vivir bien no es más que amar a Dios con todo nuestro corazón, alma v mente» (De Moribus Ecclesiae Catholicae, 1, 25, 46). En esa casa nos hemos sentado para escuchar las historias, leyendas y tradiciones de cada uno.En la lectura … Heme describió a Kant como un osado revolucionario que mató al deísmo: a continuación admitió tímidamente que, después de todo, la razón práctica podía «probar» la existencia de Dios. Los lobos, castores y grajillas así como otros animales sociales, incluidos nuestros familiares primates, no construyen sus sociedades mediante un cálculo voluntario a partir de un «estado de naturaleza» hobbesiano, de una guerra original de todos contra todos. Los sentimientos morales son la aprobación y desaprobación y están orientados a los deseos y aversiones básicas que nos llevan a actuar. El egoísmo psicológico Quienes consideran al egoísmo (y a su correspondiente contrario, el altruismo) de esta forma moralmente cargada, y creen que el excesivo egoísmo y el altruismo insuficiente están entre las principales causas de la mayoría de nuestros problemas sociales, es probable que se sorprendan, se sientan perplejos o incluso aturdidos al leer libros sobre ética. Vivía en una casa magnífica, situada en la calle “Tambo” genuine jirón “2 de Mayo”, tercera cuadra. Hemos de concebirnos a nosotros mismos tanto como parte del mundo natural y como agentes libres. Un problema adicional para comprender y evaluar la argumentación y conclusiones de los autores de estos períodos se desprende de los muv diferentes supuestos que estamos dispuestos a adoptar sobre la naturaleza del universo y la situación de la humanidad en ellos. Sin embargo, puede apreciarse fácilmente la debilidad de este tipo de pensamiento (al menos en sus formas más simples). Los kantianos utilizan un enfoque característico para determinar nuestras exigencias morales, pero casi toda la filosofía moral de la tradición occidental comparte el supuesto de que existen exigencias generadoras de obligaciones que todas las personas tienen el deber de respetar. Si tenemos que poner límites a la ética contractualista, tenemos que poner límites al tipo de razones a que podemos apelar al formular acuerdos y al tipo de condiciones en las cuales sc iorman éstos. HISTORIA Y ARTE AYACUCHANA Fundada por el mismo conquistador Francisco Pizarro en 1539, la antigua ciudad de San Juan de la Frontera deHuamanga presenta atractivos innumerables para el turista y es el puntode partida ideal para recorrer el resto 3. De este modo Aristóteles aportó la materia prima a partir de la cual los estoicos -y en particular su exponente romano, Cicerónformularon los primeros principios explícitos del derecho natural. Al contrario que los budistas, los cristianos han creído que sólo los seres humanos tienen alma, la sede de todas las facultades que honramos. Según él, ningún otro principio podía hacerlo. Por otra parte, como la teoría no es más que un conjunto de limitaciones colaterales a la acción, la exigencia central consiste en hallar una acción que satisfaga todas las limitaciones. Utiliza el recurso del contrato social para crear, en vez de para sustituir, las nociones tradicionales de obligación moral; utiliza la idea de contrato para expresar la posición moral inherente de las personas, en vez de para crear una posición moral artificial; y utiliza el recurso del contrato para negar, en vez de para reflejar, un poder de negociación desigual. La exposición más detallada de Kant acerca del deber introduce (versiones de) determinadas distinciones tradicionales. Al igual que la versión hobbesiana, el contractualismo kantiano ofrece una explicación de la idea de que somos, por naturaleza, iguales. Su principal interés estuvo siempre orientado a demostrar que, aun cuando son formas de ley distintas, no entran en conflicto. 3. Si unos padres modernos no prestasen más cuidado y afecto a sus propios hijos que a todos los demás, serian considerados monstruos. La tradición más duradera de pensamiento sobre las normas que rigen la conducta humana era la tradición tomista del derecho natural, según la cual la razón humana dispone de principios para la vida pública, independientes de la revelación y sin una orientación específicamente cristiana. El problema era que estos animales se concebían como símbolos de fuerzas antihumanas, y en realidad a menudo como vicios encarnados (lobo, cerdo, cuervo). Consiste en decir que una acción es mala si no concuerda con una función biológica relevante, e implica así que incluso conductas inocuas como besar y escribir (o mecanografiar) también son malas. Sin embargo, incluso estas versiones parecen estar afectas de una preocupación excesiva por las funciones biológicas, pues es difícil ver de qué otra manera pueden mantenerse las conclusiones que distinguen estas concepciones). Así, si Sócrates está insatisfecho con las respuestas que obtiene a sus preguntas sobre la justicia, o la piedad, ello se debe no sólo a que sus conciudadanos sean incapaces de expresar sus ideas, sino también a que con frecuencia dicen cosas con las que está sustancialmente en desacuerdo. Esta es la clave de la ética de Kant, y se utiliza para clasificar las máximas que pueden adoptar los agentes. Si es así, y si la «respuesta a Sócrates» de Epicuro es «placenteramente», esa cuestión no puede contener en sí misma una referencia esencial al placer. Producir un libro conlleva costes de derechos de autor, traducción, edición, corrección, maquetación, diseño e impresión. Los escritos de este autor, conocidos en conjunto como Corpus Dionysiacum, tuvieron una gran influencia a partir del siglo VI hasta el Renacimiento. El propio Finnis critica duramente esta versión. Introducción La idea de derecho natural en ética ha tenido una historia muy larga y variada tanto que, de hecho, es difícil identificar los elementos esenciales de una ética del derecho natural. Pero en segundo lugar, y más importante, la lista de las aretai (en plural) de un ser humano puede incluir cualidades que no son en absoluto «virtudes» -es decir, no son cualidades morales: así, por ejemplo, la lista de Aristóteles incluye el «ingenio», y la capacidad para filosofar con éxito, cualidades que parecen estar bastante alejadas del ámbito de la moralidad. Si lo cumplimos, según la concepción de Kant habremos mostrado respeto hacia las personas y en especial a la dignidad humana. No es accidental que Bentham y su filosofía fuesen el centro de un grupo activo de reformadores políticos. Además de ser una de las fuentes principales de la psicología teológica de la «huida del alma» y de la severa doctrina de la valoración moral antes citada, propuso la concepción (como también San Agustín) de que el mal no es más que la privación del bien, igual que la enfermedad puede considerarse no una condición independiente diferenciada sino simplemente la ausencia de salud. Somos totalmente autónomos (para una exposición más detallada véase el artículo 14, «La ética kantiana»). En los Prolegómenos y en el primer capítulo de la obra también hace una breve exposición de los principios generales que deberían regir semejante indagación. En primer lugar, aceptaron que esa justificación debe ir en última instancia en el interés individual de la persona. Como hace posible la acción moral, esta «cualidad moral» puede concebirse como una especie de facultad o capacidad moral; y como tal dota al individuo de una significación moral independiente. Sin embargo fueron más significativos desde el punto de vista filosófico los escritos de los dos mayores pensadores franciscanos del periodo, a saber, Duns Escoto y Guillermo de Occam. Pero quien realizó un esfuerzo más sistemático por esbozar una nueva imagen de la naturaleza humana y la moralidad fue el tercer Conde de Shaftesbury. En consecuencia, todos los gobiernos existentes, por buenos y justos que sean, carecen de legitimidad según la teoría del contrato social. El interés de Grocio por rechazar el escepticismo se comprende con facilidad: en las relaciones internacionales se da más crédito que en la conducción de la vida individual al escepticismo moral, concebido como la creencia de que no existen normas morales para regir los conflictos entre las naciones o incluso, en sentido más fuerte, como que las «razones de Estado» invalidan las consideraciones morales ordinarias; en este ámbito, semejante concepción tiene una capacidad de daño considerablemente mayor. Sócrates y Platón están menos sujetos a esta crítica, en tanto parecen proponerse reformar en parte las actitudes vigentes. Pero el reconocimiento de esto obliga sólo a tener cuidado en la aplicación del principio, y no a abandonarlo por completo. Aunque los Padres no fuesen en sí pensadores especulativos, introdujeron en su ética teísta nociones de considerable importancia que reaparecen una y otra vez en la filosofía medieval y renacentista. Durante el siglo XVIII fue considerable el debate sobre las funciones respectivas de la benevolencia y el autointerés en la psicología humana, y sobre si uno de ellos podía ser la única explicación de nuestra conducta moral. Así, para Aristóteles, la naturaleza de una cosa es su principio interior de cambio, y un cambio será natural si es la obra de este principio interior. Sin embargo, los principios de no dejar de ayudar a los necesitados o de desarrollar el potencial propio son principios de obligación menos completos (y por lo tanto imperfectos). ¿Podría encontrarse una moralidad que fuese la imagen invertida de la nuestra, y que tuviese nuestras virtudes como vicio y nuestros vicios como virtudes y que exigiese en general que hagamos a los demás lo que menos nos gustaría que nos hiciesen a nosotros (una idea a la que también Nietzsche en ocasiones quiso dar cabida)? No hay una razón intrínseca p~>r la que las teorías contractuales modernas sean individualistas. Empieza rechazando cabalmente la teoría del conocimiento de la República y en su lugar levanta una teoría que sitúa la fuente de las nociones éticas en la propia experiencia de la vida. Sin embargo, esta ampliación es sin duda la aportación de la inteligencia humana, que gradualmente crea horizontes sociales más amplios al crear las instituciones. Esto no significa que pueda anularse a la fuerza el disenso real en razón de que el consenso al menos ha sido posible -pues el acto mismo de anular el disenso real será el mismo forzoso, y por lo tanto hará imposible el consentimiento. Gran parte del atractivo del enfoque del contrato social en ética es que parece proporcionar respuestas sencillas y conexas a estas dos cuestiones: las exigencias de la moralidad vienen fijadas por acuerdos que toman las personas para regular su interacción social, y debemos obedecer estas exigencias porque hemos convenido en ellas. Los filósofos de habla alemana Franz Brentano (1838-1917), Max Scheler (1834-1928) y Nicolai Hartmann (1882-1950) elaboraron diferentes teorías de la naturaleza general del valor, en las cuales el valor moral era una especie. De acuerdo con esta concepción existe una naturaleza humana distintiva y esencial, que tiene asociados un conjunto de valores que constituyen la excelencia en la conducción de la vida. Cicerón 45 resume así estas características: posición erguida (necesaria para una visión amplia y a lo lejos de las cosas), el lenguaje y los actos expresivos (para la comunicación) un sentido natural de sociabilidad (para permitir la vida social) y por supuesto el pensamiento racional (Leyes, I.VII-XIII). En su contexto antiguo, puede entenderse esta teoría como un intento por mostrar que la conducta humana está sujeta no sólo a las normas sociales establecidas sino ante todo a una «ley no escrita» -tanto si se entiende como una ley impuesta por los dioses, como la presenta Sófocles en la tragedia Antígona como si es una norma a la que están sujetos los propios dioses. ¿Tiene Darwin razón al esperar que éstas favorezcan en conjunto los afectos sociales, y confirmen la Regla de Oro? ¿Qué pensar de las teorías contractualistas kantianas de la moralidad? Una serie de guerras, conflictos políticos y disputas entre la Iglesia y el Imperio condujo gradualmente a la recuperación de la cristiandad y a la victoria del Papado sobre el Emperador, señaladas por las reformas de la Iglesia del Papa Gregorio VII, iniciadas en 1073, y por la práctica de la penitencia del emperador Enrique IV ante el Papa en Canossa en el año 1077. En los animales no humanos, estos conflictos pueden zanjarse sencillamente mediante disposiciones naturales de segundo orden. WebTítulo: Tradiciones de Huamanga, Juan de Mata Peralta Ramírez. Al igual que Platón describe tipos de conducta correcta -por ejemplo en su famosa «doctrina del término medio», que sitúa cada una de las «virtudes» entre los correspondientes «vicios» del exceso y el defecto. Sin embargo, podemos rechazar que la indiferencia de cualquiera de ambos tipos sea básica en nuestra vida, y podemos hallar que el rechazo de la indiferencia por principio exige mucho. Es éste el que constituye su verdadero y duradero legado para el mundo moderno. WebHe leído con especial interés el libro “HUAMANGA: HISTORIA, TRADICIÓN Y CULTURA” del profesor José María Vásquez Gonzáles, historiador relativamente joven de nuestra Facultad de Ciencias Sociales de la UNSCH, quien con diversas preocupaciones y propósitos nos ofrece una historia interesante sobre la vida económica, política y cultural … Las cuestiones son sencillamente demasiado complejas. Para los sofistas, el mundo humano la sociedad humana y sus instituciones, incluidas sus creencias morales- era un mundo de cambio, variedad y convención: de nomos más que de physis. ), Compendio de Ética Alianza Editorial, Madrid, 1995 (cap. Y si la virtud es necesaria para la salvación, entonces los ignorantes lo tienen mal, si bien su condición es quizás menos condenable que la de los que conocen la ley de Dios y se proponen infringirla. Por otra parte, el recurso del contrato no es necesario para expresar estos juicios morales básicos. Esta cuestión fue retomada con gran fuerza y profundidad por los brillantes e implacables ataques que dirigió Friedrich Nietzsche (1844-1900) contra todas las pretensiones de las sociedades o teóricos por ofrecer principios vinculantes para todos. De acuerdo con la primera, los hombres están dotados de una capacidad de pensamiento racional y, a partir de determinadas premisas, cuyo conocimiento no depende de la revelación, pueden llegar a conclusiones acerca de la conducta correcta. Voy a denominar a los defensores de la teoría del beneficio mutuo «contractualistas hobbesianos» y a los defensores de la teoría imparcial «contractualistas kantianos», pues Hobbes y Kant inspiraron y prefiguraron estas dos formas de teoría contractual. Grocio afirma en Sobre la ley de la guerra y de la paz que la ley puede concebirse como «un cuerpo de derechos... que hace referencia a la persona. 15 0 249KB Read more. La versión habitual de este término al español, «felicidad», en la actualidad denota quizás ante todo una sensación subjetiva de satisfacción o placer (como en la expresión, «más feliz que un niño con zapatos nuevos»). La falta de consideración a los demás o a uno mismo como fines se considera una vez más como una falta de virtud u obligación imperfecta. Por ello estas obligaciones son no sólo necesariamente selectivas sino también indeterminadas. 12). Mary Midgley Peter Singer (ed. Es fácil, por tanto, distinguir lo que pertenece a la naturaleza, entre lo que es susceptible de cambiar y lo que no lo es y se apoya en la ley y lo convencional, aun cuando estas dos categorías de cosas serian igualmente cambiantes. La escala de la síntesis entre ética y teología moral realizada por Santo Tomas es inmensa. Llevó una vida extraordinariamente tranquila en la alejada ciudad prusiana de Königsberg (hoy Kaliningrado en Rusia), y publicó una serie de obras importantes en sus últimos años. Es muy importante subrayar esta idea, porque comúnmente los moralistas actuales, y en especial sus defensores nominales, consideran que sí proporciona este atajo. Así pues, si el carácter restrictivo de estas disposiciones no las descalifica como materia esencial para el desarrollo de la moralidad, ¿resulta convincente la imagen de Darwin? Este principio se elige porque las partes contratantes imparciales no están dispuestas (según Rawls) a arriesgarse a ser uno de los indignos perdedores de una sociedad no igualitaria, aun cuando ese riesgo sea pequeño en comparación con la probabilidad de ser uno de los ganadores. El propio Jerónimo la define como «la chispa de la conciencia... por la que discernimos que hemos pecado», pero posteriormente llegó a ser habitual reservar el término «conciencia» (conscientia) para designar la capacidad de distinguir el bien del mal al nivel de las acciones particulares. También afirma que los principios son y deben ser abstractos: son limitaciones colaterales (no algoritmos) y sólo pueden guiar (no tomar) las decisiones. 15 La relación entre «virtud» y areté es algo más compleja. Pero también puede interpretarse esta afirmación en el sentido de que la conciencia es una forma de llegar a conocer lo que ordena Dios, algo parecido a consultar un manual a fin de descubrir el contenido de las leyes de un país. Sin embargo, la cosa no es tan sencilla. Lo que los filósofos intentan demostrar es que, a la postre, no existe conflicto entre ambos. Normalmente esta idea se unía a otras dos que, en conjunto, proporcionaban una formulación teológicamente más aceptable del derecho natural como orden metafísico. Al contrario que la versión hobbesiana, el contractualismo kantiano sintoniza con estos elementos básicos de nuestra concepción moral común. Más bien es una llamada a la reflexión sobre lo realmente deseable en la vida humana: ¿cómo debería vivir un hombre para que podamos decir razonablemente de él que ha vivido de manera consumada? Se han planteado muchas objeciones de principio y de detalle; algunas de las objeciones menos fundamentales pueden examinarse en el apartado de la «ética de Kant». De hecho, la relatividad que comúnmente incorporan las teorías del derecho natural -como el reconocimiento de que diferentes sociedades siguen legítimamente normas diferentes- puede explicarse precisamente según este criterio. Sus escritos son difíciles y sistemáticos; para comprenderlos puede ser de utilidad distinguir tres cosas. Pero si bien las limitaciones resultantes se solapan en parte con los deberes morales tradicionales, esta coincidencia está lejos de ser completa. WebElija el tema fundamental de Veinte poe- mas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda. Al contrario que las anteriores discusiones sobre la moralidad, esta controversia parecía ser totalmente indiferente a las cuestiones sustantivas sobre qué principios o valores deben sostenerse. WebLa etnografía del Perú es el estudio descriptivo de las costumbres, creencias, mitos, genealogías, historia, lenguaje, etcétera, de las etnias dentro del ámbito geográfico de la República del Perú.El Perú es un país que alberga diversas etnias y grupos culturales debido a la influencia de España en la época de la conquista y colonización. Si bien se pensaba que la virtud había de regir las relaciones de uno con los demás, el objetivo primordial era alcanzar el bien para uno mismo. En realidad, los estoicos le siguen por semejante callejón sin salida al invertir todo su esfuerzo en el ideal imposible del sabio, cuya actitud y acciones infaliblemente responderán de algún modo a su papel predeterminado en el drama cósmico. En un mundo confuso, siempre se acepta de buen grado la simplicidad, por lo cual no resulta sorprendente la popularidad de estos dos relatos. Sin embargo, Cicerón tiene muy claro que la creencia en la ley natural es la creencia en que, tanto a nivel individual como social, los asuntos humanos están adecuadamente regidos por la razón, y que este gobierno ofrece respuestas claras y terminantes para organizar la vida de seres sociales racionales. ¿Son universalizables principios como el de «roba cuando puedas» o «mata cuando puedas hacerlo sin riesgo»? En obras posteriores como la República (obra de la cual el importante diálogo Gorgias puede considerarse una suerte de esbozo preliminar), Platón sigue desarrollando una serie de ideas que le separan cada vez más de Sócrates, aunque sin duda las habría considerado una extensión legítima del enfoque socrático: sobre todo lo que llegaría a conocerse como la «teoría de las formas», y una teoría del gobierno estrechamente vinculada a aquélla. Por ello, todas las cuestiones principales de la justicia tienen que decidirse de antemano, a fin de decidir qué descripción de la posición original aceptar. WebExplora Libros electrónicos. Sólo quienes han realizado el esfuerzo de abarcar la filosofía de Santo Tomás pueden apreciar adecuadamente la magnitud de su sistema y el alcance de su mente. En tercer lugar, la imagen pública rígidamente deontológica del derecho natural se debe en gran medida al hecho de que muchos de sus nominales defensores suscriben una versión que no es defendible siquiera desde una perspectiva del derecho natural. Así pues, alguien puede ser denominado eudaimon porque es rico, poderoso, tiene buenos hijos, etc. Pedimos a cada agente que respete los intereses de los demás, no porque al hacerlo promueva su propio bien, sino porque promueve el bien de aquellos, que son fines en sí mismos cuyo bienestar es moralmente tan importante como el del agente. EL ORIGEN DE LA ÉTICA. Así pues, no estará de más comenzar por aclarar el significado verdadero de estos dos términos nucleares. Rawls espera garantizar una verdadera igualdad privando a las personas en la posición original del conocimiento de su posición final en la sociedad. Pero esto plantea entonces dos cuestiones: ¿cuál es la «función» de los seres humanos, y cuál es la areté con ella relacionada? - Dos palomitas sin hiel. Las fantasías dualistas Estas cuestiones han empezado a parecer más difíciles desde que se acepto. Dos objeciones Antes de examinar el vínculo entre estas disposiciones naturales y la moralidad humana hemos de considerar dos posibles objeciones ideológicas contrarias a este enfoque. Si nos hubiese creado un ser malo para malos fines, no pensaríamos que tenemos el deber de obedecer a ese ser, dictase lo que dictase la prudencia. En caso contrario, carece de fundamento el principio básico del utilitarismo. Pero no actúan competitivamente a menos que ambos lo sepan y respondan intentando deliberadamente derrotar al otro. La moralidad comienza con el rechazo de los principios no universalizables. Digestibilidad in Vitro[1] Tradiciones peruanas Quinta serie Un cerro que tiene historia. Mar, 1 COMPENDIO DE ETICA Meter SINGER (ed.) Sólo los hedonistas defendieron la separación de la esfera política, considerada excesivamente peligrosa; todos los demás conciben al hombre, por utilizar la famosa expresión de Aristóteles, como un «animal político», o más bien como un ser destinado por naturaleza a participar, de forma racional, en la vida de la comunidad. Sin embargo, lo que interesa no es la bondad o maldad de esta o aquella acción concreta, sino más bien la polaridad del eje en que se dispone la conducta y el atractivo intrínseco de un polo y el rechazo del otro. De hecho, el propio Sócrates no escribió nada, pero podemos hacernos una buena idea de sus ideas y métodos característicos a partir -entre otras fuentes- de los diálogos iniciales de Platón como el Eutifrón o el Laques, cuya principal finalidad parece haber sido continuar la tradición socrática de filosofía oral en forma escrita. Por supuesto, el término «felicidad» también puede utilizarse en un sentido «objetivo» como éste, pero probablemente sólo por derivación del otro sentido: si «la felicidad es un café caliente» esto es así porque o bien el café o el calor le hacen a uno sentirse feliz. Algunos criticaron la psicología de Hobbes, afirmando que naturalmente deseamos el bien de los demás. Así, en contraste a la concepción de Platón, la explicación de Aristóteles no implica que lo natural (o real) sea inmutable; sólo requiere que los cambios tengan lugar a resultas de la dinámica interior natural de un ser. También Abelardo (10791142) subraya la importancia de la voluntad. Aunque este último método está plagado de dificultades, Grocio lo utiliza en el intento de descubrir qué es natural en la vida humana: «un efecto que es universal exige una causa universal; y la causa de esta opinión apenas puede ser otra que el sentimiento que se denomina sentido común de la humanidad» (Grocio 1625, I.I.XII.I). El auge de la antropología moderna alentó a filósofos como Edward Westermarck (18621939) a reabrir la vieja cuestión relativista de si existe algo como un conocimiento moral. 2 Alianza Editorial, Madrid, 1995 Indice 3 1. La edad de oro de la escolástica Durante los períodos patrístico y medieval temprano, la discusión erudita de la moralidad fue de carácter totalmente teológico. Simplemente hemos de comparar los casos. Muy frecuentemente muchas personas normales parecen preocuparse no por su mayor bien sino por conseguir algo que saben o creen que va en detrimento suyo. Los enfrentamientos y catástrofes primitivas que éstos narran tienen por objeto —quizás por objeto principal— explicar por qué los seres humanos han de someterse a normas que pueden frustrar sus deseos. Por lo que respecta a la segunda implicación, Abelardo ofrece una versión poco convincente de la tesis antes presentada, a saber que aquéllos que se encuentran fuera del alcance de la revelación cristiana pueden ser aún virtuosos en tanto en cuanto adecuen sus intenciones al contenido de la ley moral revelada a la razón. 69 En realidad, a menudo es difícil distinguir a las partes contratantes imparciales de los simpatizantes ideales. Algo más crucial era el firme sentido que tenía el ciudadano varón de su propia valía, y de estar en un estado de permanente competencia con los demás. Si bien ambas aceptan la concepción contractual clásica de que las personas son iguales por naturaleza, tienen concepciones diferentes de nuestra igualdad natural. En estos y otros sentidos, el recurso del contrato arroja luz sobre las ideas básicas de la moralidad como imparcialidad, aún cuando no puede ayudar a defender aquellas ideas. 4. La competencia existe realmente, pero es necesariamente limitada. Cristopher Rowe Peter Singer (ed. En realidad, el único filósofo occidental aparecido entre Boecio (475-525) y San Anselmo (1033-1109), a saber Eriúgena, fue rector de la escuela de palacio fundada en la corte de Carlomagno. Tenemos intuiciones sobre lo que significa tratar con igual consideración a las personas, pero como nuestro sentido de la justicia es vago necesitamos un procedimiento que nos ayude a determinar su contenido preciso. Por ejemplo, la actividad del tendero verdaderamente honrado puede no diferir de la del tendero honrado a regañadientes, que comercia equitativamente sólo por deseo de una buena reputación comercial y que engañaría si tuviese una oportunidad segura de hacerlo. Los participantes en el diálogo incluyen a Sócrates, … Y cuando dentro de poco consideremos la motivación de los seres sociales, veremos claramente que las motivaciones de cooperación proporcionan la estructura principal de su conducta. Pero esto no es plausible. Pero sólo los teóricos clásicos hablaron de personas que abandonan su estado natural para crear relaciones artificiales (e incluso entonces las que se consideraban artificiales eran relaciones políticas y no sociales). El procurar el bien supremo supone mucho tiempo: por ello hemos de postular tanto un alma inmortal como la providencia de Dios. La idea de acuerdo social se utiliza para sopesar los intereses de las personas según los criterios de imparcialidad o beneficio mutuo, pero si otro recurso aplicase con más exactitud estos criterios, podría desecharse por completo de la teoría el contrato. 2 En nuestra propia cultura está totalmente activo. (Sobre la muy compleja situación de los primates, véase Desmond, 1979.) Sin embargo, contra lo que sería de esperar, Aristóteles no distingue los dos tipos de justicia en términos de su mutabilidad. Pero una vez más en todas las moralidades humanas existentes esta transacción se manifiesta de forma bastante diferente, no tanto como un seguro de futuro sino como un agradecimiento justo por la amabilidad mostrada en el pasado, y como algo que se sigue naturalmente del afecto asociado. Tras la obra de Kant, Reid y Bentham, llegó a aceptarse de manera generalizada la idea de que un principio básico de la moralidad tenía que ser un principio que pudiese utilizar realmente cualquier persona del mismo modo. Pero todo el debate se centró a partir del supuesto de que lo que importa sobre la moralidad es que los individuos debían ser capaces de tomar sus propias decisiones morales y vivir en consonancia. Simplemente sabemos que estamos obligados a ayudar a los demás, a actuar equitativamente, a decir la verdad, etc. Las interminables y feroces guerras ponían en evidencia la necesidad profunda de formas pacificas para resolver las disputas políticas. A menudo se afirma que las teorías contractuales están comprometidas con un individualismo atomista, considerando la sociedad como producto artificial del acuerdo entre individuos presociales. WebTradiciones de Huamanga (Registro nro. También incorpora algunas pruebas y principios verdaderamente científicos, pero ignora y distorsiona mucho más de lo que utiliza. En cambio Sócrates parece afirmar que ni él puede dar una explicación adecuada de eso que valora tanto, la areté, ni ser capaz de encontrar a nadie que pueda hacerlo. En realidad, la teoría permite que se mate o esclavice a algunas personas, pues «si las diferencias personales son lo suficientemente grandes», el fuerte tendrá la capacidad de «eliminar» al débil o de tomar cualesquiera bienes producidos por éste, instituyendo así «algo similar al contrato de esclavitud» (Buchanan, 1975, págs. La ética de Kant: los problemas de la libertad, la religión y la historia Esta estructura básica de pensamiento se desarrolla en muchas direcciones diferentes. En otros casos puede identificarse un parecido más estructural -por ejemplo, un compromiso con un único principio moral supremo no utilitario, o bien con la concepción de que la ética se basa en la razón. Si siempre se determina lo correcto por lo bueno, ¿cómo podemos explicar la virtud de la justicia? Pero si el contractualismo hobbesiano niega que exista una verdadera diferencia moral entre bien y mal que todos deban respetar, no es tanto una explicación alternativa de la moralidad como una alternativa a la moralidad. WebSin embargo, «cultura libre» no es sinónimo de «cultura gratis». Estas resultarán intuitivamente atrayentes para aquéllos (sospecho que la mayoría) que suscriben las nociones subyacentes de igualdad moral y justicia. Si ésta parece una posición extrema -y lo es-, refleja con exactitud una ambivalencia muy generalizada no sólo hacia la justicia sino hacia todas las «virtudes» cívicas. E incluso si la creación original del gobierno se basó en el acuerdo, ¿qué objeto tiene vincular a generaciones futuras que sencillamente nacieron bajo un gobierno y automáticamente quedaron sujetas a sus leyes? Quizás, para nosotros, en las circunstancias de la vida de cada día el concepto de virtud probablemente es algo que se justifica a sí mismo, en el sentido de que si en una situación particular se conviene en que esto o aquello es lo correcto y virtuoso, eso ya constituye al menos una razón prima facie para elegirlo; y si las personas que están en posición de optar por ello dejan de hacerlo, nuestra reacción natural es decir o bien que no tienen muchos principios, o que no han meditado suficientemente la cuestión. Pero de toda esta producción queda muy poco: no poseemos ninguna de las obras de Crisipo, y sólo tres resúmenes y una recopilación de las «doctrinas básicas» de Epicuro. No podemos evaluar las teorías contractuales simplemente como teorías del contrato, pues esa denominación no explica ni las premisas ni las conclusiones. Kant no dice nada muy esclarecedor sobre estos casos; la acusación planteada por los defensores de la ética de la virtud (por ejemplo, Bernard Williams, Martha Nussbaum) de que no dice lo suficiente sobre los casos en que inevitablemente ha de violarse o abandonarse un compromiso moral, es pertinente. Esta historia es de hecho la de la caída y refundación, como institución cristiana, del Imperio Romano. De aquí que la indagación de la estructura de nuestras capacidades cognitivas proporciona una guía a los aspectos de esa realidad empírica que podemos conocer sin referirnos a experiencias particulares. Como la conducta egoísta es objeto de desaprobación moral, las personas pueden desear ocultar su verdadera motivación egoísta y convencernos de que en realidad su conducta no tuvo una motivación egoísta. San Agustín había afirmado que sólo tienen mérito aquellas acciones que se adecuan a la ley moral de Dios si se realizan con el motivo apropiado, es decir, el amor de Dios v un deseo de perfeccionarse a fin de acercarse a él. A menudo esta búsqueda obliga a buscar, con carácter aún más amplio, un árbitro supremo la razón de la moralidad sin más. Estas leyes podían ser conocidas al menos por los sabios, que podrían instruir al resto; y esta doctrina también mostraba las recompensas y castigos que Dios vincula a la obediencia y la desobediencia. Estos agentes -afirma- no podrían querer racionalmente que se adoptase de manera universal un principio de negarse a ayudar a los demás o de descuidar el desarrollo del propio potencial: como saben que no son autosuficientes, saben que querer un mundo así sería despojarse (irracionalmente) de medios indispensables al menos para algunos de sus propios fines. WebEl origen de la ciencia.pdf. El bien del ser humano es ser de acuerdo con la razón, y el mal humano es estar fuera del orden de lo razonable... Así pues, la virtud humana, que hace buenas tanto a la persona como a sus obras, está de acuerdo con la naturaleza humana en tanto en cuanto está de acuerdo con la razón; y el vicio es contrario a la naturaleza humana en tanto en cuanto es contrario al orden de lo razonable». 253-266) 1. La causalidad y la libertad se dan en ámbitos independientes; el conocimiento se limita a la primera y la moralidad a la última. Es importante señalar que Kant no considera mala la promesa en falso en razón de sus efectos presuntamente desagradables (como harían los utilitaristas) sino porque no puede quererse como principio universal. Su teoría general del conocimiento (la «teoría de las formas») tiene mucho en común con la teoría de las ideas innatas. Esta presunción sugiere una solución diferente: negar que las intenciones del agente son necesariamente objetos privados y conceder que éstas en ocasiones están sujetas a valoración. Siempre que intentamos encontrar valores morales objetivos lo que encontramos en su lugar son las preferencias subjetivas de los individuos. Y no ofreció nada a cambio de estos ideales. Menos amablemente, Nietzsche le iguala a un zorro que se escapa para luego volver a caer en la jaula del teísmo. Ninguno de los dos se manifiesta contra la posición subordinada de la mujer en la sociedad griega (excepto, en el caso de Platón, por razones pragmáticas: algunas mujeres son claramente sobresalientes, por lo que sería un derroche no utilizar su talento). Dije antes que el contractualismo hobbesiano acepta la concepción contractual clásica de que los humanos son iguales por naturaleza. Por ello no es sorprendente que los líderes de la Reforma v los de la nueva ciencia natural estuviesen dispuestos a dejar de lado una tradición filosófica que por entonces habían llegado a asociar estrechamente con el viejo orden. Sin embargo, las formulaciones más generales del derecho natural se basan precisamente en la concepción opuesta. La primera de éstas, que aparece en los escritos de Clemente de Alejandría (150-215) y en autores posteriores, es la idea de que, mediante el ejercicio de la razón natural, algunos de los filósofos de la antigüedad habían llegado a conclusiones relativas al tipo de vida idóneo para los seres humanos que coincidían con partes de la doctrina moral cristiana. La otra explicación, la cristiana, explica la moralidad como nuestro intento necesario por sintonizar nuestra naturaleza imperfecta con la voluntad de Dios. Lo que sucedió es que se escindió en dos direcciones y siguió avanzando durante un tiempo. No es posible, ni necesaria, una sistematización ulterior de estos principios. Pero en cualquier caso Sócrates parece adoptar una posición diferente, al afirmar que cada una de las demás virtudes es de alguna manera idéntica a la sabiduría o conocimiento. Landmark & Historical Place En segundo lugar, dado que normalmente se define el derecho natural como la ley 51 de la razón, todo dependerá de la definición de racionalidad. El objeto de investigación no es la moralidad, sino la naturaleza de la vida buena para el hombre; y como pueden tenerse diferentes nociones acerca de la naturaleza humana, también pueden tenerse diferentes concepciones sobre lo que debe ser vivir una vida humana buena, y sobre el papel que en esta vida representan -si acaso alguno-el tipo de cuestiones que probablemente consideraremos desde el principio centrales para los intereses de la ética filosófica. Sin embargo, esta esperanza probablemente será vana, en parte porque la idea de una ética del derecho natural ha cambiado ella misma con el tiempo. Este fue de hecho el único medio existente para defender estas cualidades en una sociedad que -a pesar de los pronunciamientos sublimes de figuras públicas como Pendes en el Discurso Fúnebre que le atribuye Tucídides- seguían otorgando un gran valor al estatus y al logro individuales. Es de esperar una cierta restricción de estos afectos, pues en la evolución han desempeñado la función esencial de hacer posible el 11 aprovisionamiento esforzado y solicito de los más pequeños. Sociabilidad, conflicto y los orígenes de la moralidad Una vez dicho algo en respuesta a las objeciones a la idea de que los seres humanos tienen disposiciones sociales naturales, nos preguntamos a continuación ¿qué relación tienen estas disposiciones con la moralidad? En este caso pierden una base sólida muchas de las tesis estándar de los iusnaturalistas clásicos. 13 10 LA ÉTICA DE LA GRECIA ANTIGUA. Esta etapa comienza con los Ensayos de Michel de Montaigne (1595) y culmina en la obra de Kant (1785), Reid (1788) y Bentham (1789). Como revelan los ensayos de la Quinta Parte de esta obra, las cuestiones relativas al aborto, la ética ambiental, la guerra justa, el tratamiento médico, las prácticas de los negocios, los derechos de los animales y la posición de las mujeres y los niños ocupan una considerable parte de la literatura y la actividad académica identificada con la filosofía moral o la ética. La oposición de Rawls a que uno se juegue la vida en beneficio de las demás, o a penalizar a las personas con incapacidades naturales no merecidas, le lleva a describir la posición original de una manera; quienes discrepen con Rawls sobre estas cuestiones la describirán de otra manera. Pero es difícil comprender cómo pudieron haberse inventado estos nombres, y ganar curso, por motivos inexistentes. En realidad, la tecnología puede llevarnos al punto en que, como indica Hobbes, hay un «poder irresistible» en la tierra, y para Hobbes y sus seguidores contemporáneos, este poder «justifica en realidad y de forma adecuada todas las acciones, téngalo quien lo tenga». El «padre» de la escolástica fue San Anselmo, arzobispo de Canterbury y hoy más conocido como el creador de la «prueba ontológica de la existencia de Dios». (El «Protágoras» de Platón indica una forma en que sus ideas podrían interpretarse en términos hedonistas, pero no debe considerarse aplicable al Sócrates histórico.) Sin embargo, esta concepción no se mantiene en pie o decae por completo con aquella doctrina. Los hobbesianos afirman que como tengo capacidades y vulnerabilidades físicas iguales que las de los demás -igual capacidad de dañar a los demás y vulnerabilidad de ser dañado- debo mostrar un interés igual por los demás, pues debo garantizar un orden que dé a cada persona razones para abstenerse de ejercer el poder de dañar. Sin embargo, si bien no hay nada inherentemente malo en perjudicarte, me resultaría mejor abstenerme de hacerlo si cualquier otra persona se abstiene de hacérmelo a mi. Y el meollo de su respuesta fue este: si bien no hay un deber natural o divino de obedecer a gobernantes particulares, podemos someternos a semejante deber prometiendo la obediencia, pues eso pone en juego nuestra obligación personal de mantener las promesas (una obligación 63 personal que sencillamente se daba por supuesta como parte del derecho natural o del deber cristiano). Lo que se conoce, al nivel supremo y más general, es una colección de objetos, de la que todos tuvimos conocimiento directo antes de nacer (las «formas» o «ideas»). Esta crítica señala que la ética de Kant identifica un conjunto de principios que pueden entrar en conflicto. Pero cuando esto sucede, es posible que estos rasgos se desarrollen y difundan mediante la «selección del parentesco», de una forma que no parecía imaginable según el modelo más antiguo y tosco que sólo contemplaba la competencia por la supervivencia entre individuos. Mientras que la escolástica renacentista intentó ampliar la metodología filosófica de la Summa Theologiae haciendo acopio de más material para el análisis lógico y la sistematización posterior, los humanistas del Renacimiento fijaron su mirada en la República encontrando en ella el modelo perfecto para la expresión literaria de sus ideas. Actualmente se utiliza a menudo para designar a toda una serie de posiciones y compromisos éticos cuasi-kantianos. Esta posición ha tenido una vida propia en los debates actuales. Estas ideas pasaron a un primer plano en los escritos de los autores vinculados a la Academia neoplatónica fundada en Florencia en el siglo xv bajo el patronato de Cósimo de Medici. En realidad, normalmente pensamos que la vulnerabilidad de las personas no disminuye sino que fortalece nuestras obligaciones morales. La teoría de que la sociedad política surge de un contrato social hace que sea el hombre y no Dios el creador de los poderes seculares que le gobiernan. Darwin esbozó una sugerencia semejante, en un pasaje notable que utiliza ideas básicas de Aristóteles, Hume y Kant (Darwin, 1859, vol. A menudo se afirma que todas las teorías contractuales fundamentan la moralidad en el acuerdo. Sin embargo, es útil plantear la cuestión en estos términos porque ayuda a evitar un posible equívoco importante. En el siglo XIII se registró una importante discusión entre los defensores de estas dos ideas acerca de la ley moral. Por lo que hace referencia al resto, la evidencia relativa a la época helenística -que también incluye a otras escuelas menores como los 14 cínicos- ha de recopilarse sobre todo a partir de escritos y referencias dispersas de escritores posteriores, muchos de los cuales son testigos característicamente hostiles. WebCinco Esquinas Tradiciones de Huamanga. Una forma de comprenderla puede ser basándose en la idea, que utiliza en la Fundamentación, de que naturaleza y libertad no pertenecen a dos mundos o realidades metafísicas independientes, sino que más bien constituyen dos «puntos de vista». Pero en aquellos casos, el propio sentido común puede no tener una decisión formada. 217-234) El pensamiento filosófico occidental de la antigüedad acerca de la forma de vivir se centró en la cuestión del supremo bien: ¿qué vida es más plena y duraderamente satisfactoria? 1 Review. Sin embargo, la objeción más central exige un examen independiente. 36 0 907KB Read more. Esta acción es obligatoria y su omisión está prohibida. En cambio, physis, término del que deriva nuestra palabra «física», se refería a lo inmutable: la naturaleza o la realidad. Los afectos naturales no crean por sí solos normas; puede pensarse que, en realidad, en un estado inocente no serían necesarias las normas. Al responder que es posible semejante sistema, el derecho natural no sólo choca con las formas estándar de utilitarismo sino también con las teorías contemporáneas de los derechos similares a la antes citada. Esta es la forma en que la idea de derecho natural recibió su formulación clásica en los escritos del jurista romano ecléctico Cicerón. Para Kant, la única forma en que podemos ser libres es que nuestras acciones estén determinadas por algo que se desprende de nuestra propia naturaleza.
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