¿Por qué no lo haré? ¿Y qué significa vivir siempre yo esclavo de los Once? WebABSTRACT: La emisión de disposiciones y leyes inconstitucionales transgrede y violenta el orden jurídico establecido quebrantando el Estado de Derecho. ¿Es así, sí o no? Que pasareis el resto de vuestra vida en un adormecimiento profundo, a menos que el Dios no tenga compasión de vosotros, y os envíe otro hombre que se parezca a mí. Estos últimos consiguieron la victoria. ¿Y qué es lo que conviene a un hombre pobre, que es vuestro bienhechor, y que tiene necesidad de un gran desahogo para ocuparse en exhortaros? ¡Qué! Le vuelve a plantear la pregunta y contesta Los Jueces (Jueces y Leyes están en absoluta concordancia). WebLa Apología (o Defensa) de Sócrates de Platón es uno de los primeros relatos de la defensa de Sócrates en medio del famoso juicio que resultó en su muerte por ingestión … Pues bien; di a los jueces cuál será el hombre que mejorará la condición de los jóvenes. Porque el no haber temido el mentís vergonzoso que yo les voy a dar en este momento, haciendo ver que no soy elocuente, es el colmo de la impudencia, a menos que no llamen elocuente al que dice la verdad. Durante su defensa, Sócrates nunca pide perdón a nadie por sus acciones. Estad persuadidos, atenienses, de lo que os dije en un principio; de que me he atraído muchos odios, que esta es la verdad, y que lo que me perderá, si sucumbo, no será ni Melito ni Anito, será este odio, esta envidia del pueblo que hace víctimas a tantos hombres de bien, y que harán perecer en lo sucesivo a muchos más; porque no hay que esperar que se satisfagan con el sacrificio sólo de mi persona. A pesar de ello, en la actualidad se conoce su pensamiento filosófico gracias a los escritos de sus discípulos. Sin embargo, puedo asegurarlo, no han dicho una sola palabra que sea verdad. ¿A qué pena, a qué multa voy a condenarme por no haber callado las cosas buenas que aprendí durante toda mi vida; por haber despreciado lo que los demás buscan con tanto afán, las riquezas, el cuidado de los negocios domésticos, los empleos y las dignidades; por no haber entrado jamás en ninguna cábala, ni en ninguna conjuración, prácticas bastante ordinarias en esta ciudad; por ser conocido como hombre, de bien, no queriendo conservar mi vida valiéndome de medios tan indignos? Los que han sembrado estos falsos rumores son mis más peligrosos acusadores, porque prestándoles oídos, llegan [51] los demás a persuadirse que los hombres que se consagran a tales indagaciones no creen en la existencia de los dioses. {Obras completas de Platón, por Patricio de Azcárate,tomo primero, Madrid 1871, páginas 49-86. Los que han sembrado estos falsos rumores son mis más peligrosos acusadores, porque prestándoles oídos, llegan los demás a persuadirse que los hombres que se consagran a tales indagaciones no creen en la existencia de los dioses. —¿Y no es esto burlarse? Ya veo que este punto es de los más [81] difíciles para hacerlo comprender a alguno de vosotros, porque si os digo que callar en el destierro sería desobedecer a Dios, y que por esta razón me es imposible guardar silencio, no me creeríais y miraríais esto como una ironía; y si por otra parte os dijese que el mayor bien del hombre es hablar de la virtud todos los días de su vida y conversar sobre todas las demás cosas que han sido objeto de mis discursos, ya sea examinándome a mí mismo, ya examinando a los demás, porque una vida sin examen no es vida, aún me creeríais menos. Estos no harían morir a nadie por este examen, porque además de que son más dichosos que nosotros en todas las cosas, gozan de la inmortalidad, si hemos de creer lo que se dice. Tesis: “Ni ahora me... ...Apología De Sócrates Os han prevenido contra mí en una edad, que ordinariamente es muy crédula, porque erais niños la mayor parte o muy jóvenes cuando me acusaban ante vosotros en plena libertad, sin que el acusado les contradijese; y lo más injusto es que no me es permitido conocer ni nombrar a mis acusadores, a excepción de un cierto autor de comedias. Esto equivale a lo anterior, porque no tengo con qué pagarla. Me parece, pues, que en esto yo, aunque poco más, era mas sabio, porque no creía saber lo que no sabia. ¿Hay alguno en el mundo que crea que hay cosas humanas y que no hay hombres? Puede muy bien suceder, que ni él ni yo sepamos nada de lo que es bello y de lo que es bueno; pero hay esta diferencia, que él cree saberlo aunque no sepa nada, y yo, no sabiendo nada, creo no saber. La Apología de Sócrates es uno de los textos más famosos y admirados de la literatura mundial. Es preciso que acabe de daros cuenta de todas mis tentativas, como otros tantos trabajos que emprendí para conocer el sentido del oráculo. ¿Me condenaré a destierro? [1] ¿Cuáles son las causas de procedencia? ¿Qué sentido ocultan estas palabras? Si diciendo estas cosas corrompo la juventud, es preciso que estas máximas sean una ponzoña, porque si se pretende que digo otra cosa, se os engaña o se os impone. Por otra parte, sabéis que jamás he querido tomar ninguna profesión en la que pudiera trabajar al mismo tiempo en [79] provecho vuestro y en el mío, y que mi único objeto ha sido procuraros a cada uno de vosotros en particular el mayor de todos los bienes, persuadiéndoos a que no atendáis a las cosas que os pertenecen antes que al cuidado de vosotros mismos, para haceros más sabios y más perfectos, lo mismo que es preciso tener cuidado de la existencia de la república antes de pensar en las cosas que la pertenecen, y así de lo demás. De otra manera se seguiría que los semidioses que murieron en el sitio de Troya debieron ser los más insensatos, y particularmente el hijo de Fhetis, que, para evitar su deshonra, despreció el peligro hasta el punto, que impaciente por matar a Héctor y requerido por la Diosa su madre, que le dijo, si mal no me acuerdo: Hijo mío, si vengas la muerte de Patroclo, tu amigo, matando a Héctor, tu morirás porque, él, después de esta amenaza, despreciando el peligro y la muerte y temiendo más vivir como un cobarde, sin vengar a sus amigos, [67]. Yo no sé, atenienses, la impresión que habrá hecho en vosotros el discurso de mis acusadores. Lo ves ahora, Melito; tú callas; estás perplejo, y no sabes qué responder. Meleto : Es el acusador en nombre de todos los poetas al cual Sócrates acudió para confirmar que no poseían sabiduría. Pues bien, atenienses, es preciso defenderse y arrancar de vuestro espíritu, en tan corto espacio de tiempo, una calumnia envejecida, y que ha echado en vosotros profundas raíces. Al hablaros así, atenienses, quizá me acusareis de que lo hago con la terquedad y arrogancia con que deseché antes los lamentos y las súplicas. Esto acaeció cuando la ciudad era gobernada por el pueblo, pero después que se estableció la oligarquía, habiéndonos mandado los treinta tiranos a otros cuatro y a mí a Tolos{7}, nos dieron la orden de conducir desde Salamina a León el salaminiano, para hacerle morir, [73] porque daban estas ordenes a muchas personas para comprometer el mayor número de ciudadanos posible en sus iniquidades; y entonces yo hice ver, no con palabras sino con hechos, que la muerte a mis ojos era nada, permítaseme esta expresión, y que mi único cuidado consistía en no cometer impiedades e injusticias. Pero quizá habrá alguno entre vosotros, que acordándose de haber estado en el puesto en que yo me hallo, se irritará contra mí, porque peligros mucho menores los ha conjurado, suplicando a sus jueces con lágrimas, y, para excitar más la compasión, haciendo venir aquí sus hijos, sus parientes y sus amigos, mientras que yo no he querido recurrir a semejante aparato, a pesar de las señales que se advierten de que corro el mayor de todos los peligros. Un día, habiendo partido para Delfos, tuvo el atrevimiento de preguntar al oráculo (os suplico que no os irritéis de lo que voy a decir), si había en el mundo un hombre más sabio que yo; la Pythia le respondió, que no había ninguno. Un político que también acusó a Sócrates. Porque no dudo que hayas pensado en esto desde el acto que has tenido hijos, y conoces a alguno? [61]. Oíd lo que a mí mismo me ha sucedido, para que así conozcáis cuán incapaz soy de someterme a nadie yendo contra lo que es justo por temor a la muerte, y como no cediendo nunca, es imposible que deje yo de ser víctima de la injusticia. El jurado no acepta los dichos de Sócrates y, como resultado, lo sentencia a muerte. Con respecto a mí, confieso que me he desconocido a mí mismo; tan persuasiva ha sido su manera de decir. Por otra parte, estos acusadores son en gran número, y hace mucho tiempo que están metidos en esta trama. You can download the paper by clicking the button above. Hay un no sé qué de sobrehumano en el hecho de haber abandonado yo durante tantos años mis propios negocios por consagrarme a los vuestros, [71] dirigiéndome a cada uno de vosotros en particular, como un padre o un hermano mayor puede hacerlo, y exhortándoos sin cesar a que practiquéis la virtud. Así, atenienses, he aquí una prueba evidente, como os decía antes, de que Melito [63] jamás ha tenido cuidado de estas cosas, jamás ha pensado en ellas. El acusado, por su parte, pone de manifiesto que las alegaciones formuladas en su contra son falsas. Veréis que todos estos están dispuestos a defenderme, a mí que he corrompido y perdido enteramente a sus hijos y hermanos, si hemos de creer a Melito y a Anito. Sin embargo, responde aún, y dinos cómo corrompo a los jóvenes. En este momento, atenienses, no es en manera alguna por amor a mi persona por lo que yo me defiendo, y sería un error el creerlo así; sino que es por amor a vosotros; porque condenarme sería ofender al Dios y desconocer el presente que os ha hecho. Uno de estos discípulos era Platón, autor de El mito de la caverna. Así es como lo ha ofrecido por juramento, y no está en su poder hacer gracia a quien le agrade, porque está en la obligación de hacer justicia. WebResumen de la Apología de Sócrates. Atenienses, no es lo difícil evitar la muerte; lo es mucho más evitar la deshonra, que marcha más ligera que la muerte. Tras no poder persuadir al juez, Sócrates declara que no le teme a la muerte. Que le han acusado de no creer en los dioses patrios y de corromper a la juventud; pero sabe que odian la seguridad que sostenía Sócrates, que no se doblega ni ante el enojo de los poderosos. El título de la obra El título con que se conoce este tratado no corresponde al original griego de Politeía que aparece en Aristóteles: la traducción exacta En primer lugar... ...Un aspecto destacable del texto, a mi modo de ver, es la manera con la que Sócrates se defiende ante los cargos por los que es juzgado, derribándolos uno a uno. Sócrates luego cierra su discurso dando a entender que las personas que lo critican no serían responsables. ¿Pueden todos los hombres hacerlos mejores, y que sólo uno tenga el secreto de echarlos a perder? gritó, con tal que castigue al asesino de Patroclo, y que no quede yo deshonrado. Por consiguiente, puesto que yo creo en los demonios, según tu misma confesión, y que los demonios son dioses, he aquí la prueba de lo que yo decía, de que tú nos proponías enigmas para divertirte a mis expensas, diciendo que no creo en los dioses, y que, sin embargo, creo en los dioses, puesto que creo en los demonios. Me pregunté, pues, a mí mismo, como si hablara por el oráculo, si querría más ser tal como soy sin la habilidad de estas gentes, e igualmente sin su ignorancia, o bien tener la una y la otra y ser como ellos, y me respondí a mí mismo y al oráculo, que era mejor para mí ser como soy. entonces fui el único senador que se atrevió a oponerse a vosotros para impedir esta violación de las leyes. Si es esto lo que pretenden, confieso que soy un gran orador; pero no lo soy a su manera; porque, repito, no han dicho ni una sola palabra verdadera, y vosotros vais a saber de mi boca la pura verdad, no, ¡por Júpiter!, en una arenga vestida de sentencias brillantes y palabras escogidas, como son los discursos de mis acusadores, sino en un lenguaje sencillo y espontáneo; porque descanso en la confianza de que digo la verdad, y ninguno de vosotros debe esperar otra cosa de mí. A mi juicio, el más grande de todos los males es hacer lo que Anito hace en este momento, que es trabajar para hacer morir un inocente. ¡Qué trabajo ha costado arrancarte esta confesión! El motivo que tengo es, atenienses, que abrigo la convicción de no haber hecho jamás el menor daño a nadie queriéndolo y sabiéndolo. Mucho más sorprendido estoy con el número de votantes en pro y en contra, y no esperaba verme condenado por tan escaso número de votos. De acuerdo con diversos autores, la sucesión es el proceso de. Por otra parte te suplico, ¡por Júpiter!, Melito, me respondas a esto. Sócrates ha llegado hasta el centro de la Asamblea, espera a que los jueces le den al palabra y se prepara para afrontar las acusaciones que ha recibido... ...Apología de Sócrates Estos son acusadores que han dicho rumores sobre Sócrates durante años. Si los que entre vosotros pasan por ser superiores a los demás por su sabiduría, su valor o por cualquiera otra virtud se rebajasen de esta manera, me avergüenzo decirlo, como muchos que he visto, que habiendo pasado por grandes personajes, hacían, sin embargo, cosas de una bajeza sorprendente cuando se los juzgaba, como si estuviesen persuadidos de que sería para ellos un gran mal si les hacían morir, y de que se harían inmortales si los absolvían; repito que obrando así, harían la mayor afrenta a esta ciudad, porque darían lugar a que los extranjeros creyeran, que los más virtuosos, de entre los atenienses, preferidos para obtener los más altos honores y dignidades [77] por elección de los demás, en nada se diferenciaban de miserables mujeres; y esto no debéis hacerlo, atenienses, vosotros que habéis alcanzado tanta nombradía; y si quisiéramos hacerlo, estáis obligados a impedirlo y declarar que condenareis más pronto a aquel que recurra a estas escenas trágicas para mover a compasión, poniendo en ridículo vuestra ciudad, que a aquel que espere tranquilamente la sentencia que pronunciéis. {8} Cuando Sócrates fue condenado, Apolodoro exclamó: ¡Sócrates, lo que me aflige más es verte morir inocente! ¡Qué! Pero continúa respondiéndome. WebApología Apología de Sócrates. Al principio socrates habla de que los sofistas dicen que el es hábil y asi pero el dice que lo que pasa es que el dice la verdad no como ellos que analizan lo que van a decir para que nadie se oponga en cambio el dice lo que dice sin pensar y como lo siente. … Efectivamente se contradice en su acusación, porque es como si dijera: —Sócrates es culpable en cuanto no reconoce dioses y en cuanto los reconoce. ¿No es cierto que los pícaros causan siempre mal a los que los tratan, y que los hombres de bien producen a los mismos un efecto contrario? Respecto a mí, atenienses, quizá soy en esto muy diferente de todos los demás hombres, y si en algo parezco más sabio que ellos, es porque no sabiendo lo que nos espera más allá de la muerte, digo y sostengo que no lo sé. Sócrates revela que los poetas, políticos, y oradores, creen saber más de lo que saben. ¿Qué puede significar esto? Ya sabéis, atenienses, que jamás he desempeñado ninguna magistratura, y que tan sólo he sido senador. Pero me dirá quizá alguno: —¡Qué!, Sócrates, ¿si marchas desterrado no podrás mantenerte en reposo y guardar silencio? Si no ha pensado en ello, aún es tiempo; yo le permito hacerlo; que diga, pues, si puede; pero no puede, atenienses. Ante las acusaciones, ya transcritas arriba, Sócrates se defiende atacando a sus acusadores, trata a Melito de mentiroso de petulante y de insolente y lo confronta. Al final, la pregunta de Sócrates termina interpretándose como ¿Quién es la única persona capaz de hacer peor a los jóvenes? Veo muchos que están presentes, como Criton, que es de mi pueblo y de mi edad, padre de Critobulo, que aquí se halla; Lisanias de Sfettios, padre de Esquines, también presente; Antifon, también del pueblo de Cefisa y padre de Epigenes; y muchos otros, cuyos hermanos han estado en relación conmigo, como Nicostrates, hijo de Zotidas y hermano de Teodoto, que ha muerto y que por lo tanto no tiene necesidad del socorro [75] de su hermano. Cantar de gesta.-…”El emperador mantiene inclinada la cabeza. Cuando por fin se yergue, resplandece de orgullo su rostro”… (Fragmento de la “canción de rolando). (Fragmento de la apología de Sócrates de Platón). ¿Pero son todos estos jueces, o hay entre ellos unos que pueden y otros que no pueden? Tened presente, atenienses, porque os refiero todas estas cosas; pues es únicamente para haceros ver de donde proceden esos falsos rumores, que han corrido contra mí. Web1°) Se lo acusa a socrates de ser un impío por tener una curiosidad criminal,quiere entrometerse en lo que pasa dentro de los cielos y la tierra, convirtiendo en mala una … Pero sólo una gracia tengo que pedirles. ¡Siento que este contenido no te haya sido útil! contra las resoluciones administrativas definitivas que establece la Ley Orgánica del, Introducción. El comportamiento de Sócrates por defender su posición aumenta el número de los que votan en su contra. Si es declarado culpable, todos los que le hayan escuchado también deberían rendir cuentas. ¿Qué resultará de esto? [65]. Ven acá, Melito, dime: ¿ha habido nada que te haya preocupado más que el hacer los jóvenes lo más virtuosos posible? REPOSITORIO INSTITUTO SUPERIOR TECNOLOGICO CEMLAD, Derecho, Argumentación, Interpretación y Decisión "Derecho y Argumentación", La Apología de Socrates como Teoría del Rumor, Marco Tulio Ciceron - Bruto o de los ilustres oradores, Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 1, Madrid 1871, "Apología de Sócrates", Platón, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, Platon - Apologia de Socrates libro filosofico, Diogenes, Laercio; Vida de los filósofos ilustres, Foucault Michel El Gobierno De Si Y De Los Otros Sicario Infernal, Dialogos Platon Apologia, Criton, Eutifron, Ion, Lisis, Carmides, Hipias Menor, Hipias Mayor, Laques, Protagoras, Foucault Michel El gobierno de si y de los otros, Platón – Apología de Sócrates Platón Apología de Sócrates, Filosofía para la Vida | Biblioteca Virtual, ISÓCRATES DISCURSOS I INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE, UNIVERSIDAD PANAMERICANA DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES, Foucault_Michel_El_gobierno_de_si_y_de_los_otros.pdf, VIDAS DE LOS FILÓSOFOS MÁS ILUSTRES D I O G E N E S L A E R C I O, 2009 Foucault Michel - El Gobierno De Si Y De Los Otros.PDF, M. TVLLI CICERONIS : BRVTVS. No os enfadéis, os suplico, si no os oculto nada; todo hombre que quiera oponerse franca y generosamente a todo un pueblo, sea el vuestro o cualquiera otro, y que se empeñe en evitar que se cometan iniquidades en la república, no lo hará jamás impunemente. {7} Tolos era la sala de despacho de los Pritaneos o senadores. Este sitio utiliza archivos cookies bajo la política de cookies . Las obras de Sócrates nunca fueron publicadas. Respóndeme, amigo mío; porque mi pregunta no puede ofrecer dificultad. WebMeleto (en griego antiguo, Μέλητος: Mélētos) fue un antiguo poeta trágico ateniense del siglo V a. C. que destacó por su acusación en el Juicio de Sócrates.. Protesté contra vuestro decreto, y a pesar de los oradores que se preparaban para denunciarme, a pesar de vuestras amenazas y vuestros gritos, quise más correr este peligro con la ley y la justicia, que consentir con vosotros en tan insigne iniquidad, sin que me arredraran ni las cadenas, ni la muerte. Melito responde: intencionalmente.Ahora Sócrates, descarga su furia contra Melito, haciendo ver que si él corrompe a la juventud, de manera intencional, se estaría exponiendo a que ellos mismos lo dañaran luego y por lo tanto, se estaría dañando a sí mismo. Sócrates fue condenado a muerte (Jenofonte dice que él deseaba este desenlace, y el relato del juicio que hace Platón en la Apología parece confirmarlo). Entregaremos además una breve descripción de la biografía de sócrates, desde que nace hasta su muerte. Nada tengo que deciros de esta última sabiduría, porque no la conozco, y todos los que me la imputan, mienten, y sólo intentan calumniarme. ¿No es esto lo que dices? Yo te pregunto quién es el hombre; porque es claro que la primer cosa que este hombre debe saber son las leyes. Lo que sé de cierto es que cometer injusticias y desobedecer al que es mejor y está por cima de nosotros, sea Dios, sea hombre, es lo más criminal y lo más vergonzoso. A lo que Melito contesta, las leyes. Con respecto á mí, confieso que me he Ayuden porfavor :c Ayuden porfavor :c Ayuden porfavor :c Ayuden porfavor :c Ayuden porfavor :c A Ánito: Acusó en nombre de todos los artesanos y políticos. Esta objeción me parece justa. Una nueva incursión en sus fuentes e ideas, José E. Burucúa, Instituto Italiano de Cultura Dante Alighieri, ISBN 950-9089-87-7, Buenos Aires, 2004, pp. ¿No sucede esto mismo con todos los animales? La reputación que yo haya podido adquirir, no tiene otro origen que una cierta sabiduría que existe en mí. En su defensa, Sócrates distingue entre dos tipos de acusadores, por un lado los antiguos acusadores o anónimos, los cuales han esparcido calumnias sobre él durante años y, por otro lado, los nuevos acusadores, es decir, los que le … Por esta razón, la única gracia, atenienses, que os pido es que cuando veáis que en mi defensa emplee [50] términos y maneras comunes, los mismos de que me he servido cuantas veces he conversado con vosotros en la plaza pública, en las casas de contratación y en los demás sitios en que me habéis visto, no os sorprendáis, ni os irritéis contra mí; porque es esta la primera vez en mi vida que comparezco ante un tribunal de justicia, aunque cuento más de setenta años. Dicho esto Sócrates a sus setenta años de edad debe comparecer ante el tribunal; es así como comienza su defensa. Porque si, al dejar los jueces prevaricadores de este mundo, se encuentran en los infiernos los verdaderos jueces, que se dice que hacen allí justicia, Mines, Radamanto, Eaco, Triptolemo y todos los demás semidioses que han sido justos durante su vida, ¿no es este el cambio más dichoso? Quien me lo ha impedido, atenienses, ha sido este demonio familiar, esta voz divina de que tantas veces os he hablado, y que ha servido a Melito para formar donosamente un capítulo de acusación. Pero, repito, [60] excelente Melito, ¿quién es el que puede hacer mejores a los jóvenes? Sin embargo, me ha sucedido muchas veces, que me ha interrumpido en medio de mis discursos, y hoy a nada se ha opuesto, haya dicho o hecho yo lo que quisiera. —Cuál es mejor, ¿habitar con hombres de bien o habitar con pícaros? ¿Es según tu denuncia, enseñándoles a no reconocer los dioses que reconoce la patria, y enseñándoles además a rendir culto, bajo el nombre de demonios, a otras divinidades? Traducido por Marcelino Menéndez Pelayo "Diálogos del orador", Tratado sobre la tolerancia Con ocasión de la muerte de Jean Calas CAPÍTULO PRIMERO, Franja Morada CDE FRANJA MORADA-Pensamiento Filosófico 2013-2014. Os lo anuncio, vosotros que me hacéis morir, vuestro castigo no tardará, cuando yo haya muerto, y será, ¡por Júpiter!, más cruel que el que me imponéis. En este ensayo mencionaremos la acusaciones que tuvo sócrates frente a los jueces y los atenienses, cómo él escuchó las críticas y posteriormente como él enfrentó dichas acusaciones para finalmente ver la decisión que los jueces tomaron. Jamás fueron apresuradas sus palabras: tal es su costumbre, sólo habla cuando le viene en gana. Dices, Melito, cosas increíbles, ni estás tampoco de acuerdo contigo mismo. ¿Hay alguno que quiera más recibir mal que bien? Sí, sin duda; porque tomo tu silencio por un consentimiento. Para esto examiné las obras suyas que me parecieron mejor trabajadas, y les pregunté lo que querían decir, y cuál era su objeto, para que me sirviera de instrucción. Tú eres joven y yo anciano. Indagar las cosas subterráneas y las del cielo. Todo esto jugó en su contra, y al final le costó la vida. A continuación te compartimos el resumen y análisis de la Apología de Sócrates. Pero tú, con intención. Es preciso de dos cosas una: o la muerte es un absoluto anonadamiento y una privación de todo sentimiento, o, como se dice, es un tránsito del alma de un lugar a otro. Sorry, preview is currently unavailable. He aquí por qué la voz divina nada me ha dicho este día. No hubo uno de todos los que estaban presentes, inclusos los mismos autores, que supiese hablar ni dar razón de sus poemas. Webacerca de los devenires educativos, un abordaje desde la filosofia de la educacion Me condeno pues a treinta minas, y he aquí mis fiadores, que ciertamente son de mucho abono. Por otra parte, éstos no tienen necesidad de este socorro, y yo la tengo. Porque temer la muerte, atenienses, no es otra cosa que creerse sabio sin serlo, y creer conocer lo que no se sabe. ¿Creéis que me hubieran faltado palabras insinuantes y persuasivas? DE CLARIS ORATORIBUS. WebSócrates el famoso filósofo griego es acusado por Anito, Meleto y Licón, de corromper a la juventud, de estudiar los fenómenos celestes y subterráneos como cosas … (Habiéndose Sócrates condenado a sí mismo a la multa por obedecer a la ley, los jueces deliberaron y le condenaron a muerte, y entonces Sócrates tomó la palabra y dijo:). WebLos primeros acusadores de Sócrates en el juicio fueron tres, principalmente: Meleto : Es el acusador en nombre de todos los poetas al cual Sócrates acudió para confirmar que … 17a-42a Con respecto a mí, confieso que me he desconocido a mí mismo; tan persuasiva ha sido su manera de decir. También menciona que las calumnias son consecuencia de la sabiduría que existe en él. Pudor tengo, atenienses, en deciros la verdad; pero no hay remedio, es preciso decirla. Ya sabéis qué hombre era Querefon, y cuán ardiente era en cuanto emprendía. ¿Que hay tocadores de flauta, y que no hay aires de flauta? Su principal factor era la sinceridad de Sócrates mantener su postura comportándose igual que a lo largo de su … Porque tengo muchos acusadores cerca de vosotros hace muchos años, los cuales nada han dicho que no sea falso. He aquí la acusación. Esta manera de libertarse de sus censores ni es decente, ni posible. —Es Éveno, Sócrates, me dijo; es de Paros, y lleva cinco minas. [78], (Terminada la defensa de Sócrates, los jueces, que eran 556, procedieron a la votación y resultaron 281 votos en contra y 275 en favor; y Sócrates, condenado por una mayoría de seis votos, tomó la palabra y dijo:). Voy a decíroslo. ¡Cómo, Melito! ¿Y yo de qué pena{11} me juzgaré digno? Quizá confirmaríais mi sentencia. Marco Tulio Cicerón - Bruto o de los ilustres oradores.pdf, SÓCRATES EL LOCO, o sea, DIÁLOGOS DE DIOGENES DE SÍNOPE. Perfectamente, ¡por Juno!, nos has dado un buen número de buenos preceptores. ¿Yo no creo como los demás hombres que el sol y la luna son dioses? ¿Y el resto de los hombres, si se sirven de ellos, no los echan a perder? Por lo mismo yo no temeré ni huiré nunca de males que no conozco y que son quizá verdaderos bienes; pero temeré y huiré siempre de males que sé con certeza que son verdaderos males. WebYo no sé, atenienses, la impresión que habrá hecho en vosotros el discurso de mis acusadores. Pero, atenienses, los más [57] entendidos entre ellos me parecieron incurrir en el mismo defecto que los poetas, porque no hallé uno que, a título de ser buen artista, no se creyese muy capaz y muy instruido en las más grandes cosas; y esta extravagancia quitaba todo el mérito a su habilidad. Pasemos ahora a los últimos, y tratemos de responder a Melito, a este hombre de bien, tan llevado, si hemos de creerle, por el amor a la patria. ¡Magnífica ocasión se les presentaba para burlarse de Sócrates, si Sócrates se atribuyese doctrinas que no son suyas y tan extrañas y absurdas por otra parte! Después se despide. La primera es acusación, la segunda es aceptación y pena, y la tercera profecía. Convencido de esta verdad, para asegurarme más y obedecer al Dios, continué mis indagaciones, no sólo entre nuestros conciudadanos, sino entre los extranjeros, para ver si encontraba algún verdadero sabio, y no habiéndole encontrado tampoco, sirvo de intérprete al oráculo, haciendo ver a todo el mundo, que ninguno es sabio. ¿Qué trasporte de alegría no tendría yo cuando me encontrase con Palamedes, con Afax, hijo de Telamon, y con todos los demás héroes de la antigüedad, que han sido víctimas de la injusticia? Tema: Sócrates: Las polis, las leyes y lo público. Pero no tengo necesidad de extenderme más en mi defensa, atenienses, y lo que acabo de decir basta para hacer ver que no soy culpable, y que la acusación de Melito carece de fundamento. La primera de ellas es Impiedad. Primeramente le cuestiona ¿quién es la persona capaz de hacer mejores a los jóvenes? ¿ Sócrates logró demostrar su inocencia ? Así, Melito, no puede menos de que hayas intentado esta acusación contra mí, por sólo probarme, y a falta de pretexto legítimo, por arrastrarme ante el tribunal; porque a nadie que tenga sentido común puedes persuadir jamás de que el hombre que cree que hay cosas concernientes a los dioses y a los demonios, pueda creer, [66] sin embargo, que no hay ni demonios, ni dioses, ni héroes; esto es absolutamente imposible. Dicho esto, ¿de qué soy digno? Primeramente le cuestiona ¿quién es la persona capaz de hacer mejores a los jóvenes? ¿Hay alguno, jueces míos, que no diese todo lo que tiene en el mundo por examinar al que condujo un numeroso ejército contra Troya o Ulises o Sisifo y tantos otros, hombres y mujeres, cuya conversación y examen serían una felicidad inexplicable? ¿Entre vosotros y yo, quién lleva la mejor parte? He aquí de qué manera hablaré a los jóvenes y a los viejos, a los ciudadanos y a los extranjeros, pero principalmente a los ciudadanos; porque vosotros me tocáis más de cerca, porque es preciso que sepáis que esto es lo que el Dios me ordena, y estoy persuadido de que el mayor bien, que ha disfrutado esta ciudad, es este servicio continuo que yo rindo al Dios. Si [80] tuvieseis una ley que ordenase que un juicio de muerte durara muchos días, como se practica en otras partes, y no uno solo, estoy persuadido que os convencería. Siempre ha sido de, NUESTRO NUEVO SISTEMA DE ENJUICIAMIENTO PENAL; conceptos preliminares, primer borrador.- Presentación para la Barra de Abogados de Ensenada, A.C. 28-III-08. La tribu Antioquida, a la que pertenezco, estaba en turno en el Pritaneo, cuando contra toda ley os empeñasteis en procesar, bajo un contesto, a los diez generales que no habían enterrado los cuerpos de los ciudadanos muertos en el combate naval de las Arginusas{6}; injusticia que reconocéis y de la que os arrepentisteis despees. No quiero hacer valer la protección de los que he corrompido, porque podrían tener sus razones para defenderme; pero sus padres, que no he seducido y que tienen ya cierta edad, ¿qué otra razón pueden tener para protegerme más que mi derecho y mi inocencia? La Divinidad no puede mentir. Por un lado, se encuentran los acusadores anónimos. Descargar como (para miembros actualizados). Ahora veo que me he librado de las manos de Melito; y no sólo librado, sino que os consta a todos que si Anito y Licon no se hubieran levantado para acusarme, Melito hubiera pagado 6.000 dracmas{10} por no haber obtenido la quinta parte de votos. Y para Melito sólo tiene una respuesta “Sócrates”.En vista que está siendo acusado de corromper a los jóvenes, preguntan: ¿Qué cosa es mejor para ti, vivir entre gentes de bien o entre malvados? A este hombre le daré una respuesta muy decisiva, y le diré que se engaña mucho al creer que un hombre de valor tome en cuenta los peligros de la vida o de la muerte. Dentro de los acusadores nuevos se encuentran el poeta Meleto, el político Ánito, y el orador Licón. Hela aquí, poco más o menos: Sócrates es culpable, porque corrompe a los jóvenes, porque no cree en los dioses del Estado, y porque en lugar de éstos pone divinidades nuevas bajo el nombre de demonios. Cuando salimos de Tolos, los otro cuatro fueron a Salamina y condujeron aquí a León, y yo me retiré a mi casa, y no hay que dudar, que mi muerte hubiera seguido a mi desobediencia, si en aquel momento no se hubiera verificado la abolición de aquel gobierno. Conocí desde luego que no es la sabiduría la que guía a los poetas, sino ciertos movimientos de la naturaleza y un entusiasmo semejante al de los profetas y adivinos; que todos dicen muy buenas cosas, sin comprender nada de lo que dicen. *ELABORE UN ENSAYO CRITICO ACERCA DE CÓMO PUEDE APLICARSE LA CRIMINOLOGIA EN EL SISTEMA DE JUSTICIA PENAL ACUSATORIO ADVERSARIAL (JUICIOS ORALES). En efecto, ni Anito, ni Melito pueden causarme mal alguno, porque el mal no puede nada contra el hombre de bien. También están los nuevos acusadores. Pero Platón, que está presente, Criton, Critobulo y Apolodoro; quieren que me extienda hasta treinta minas, de que ellos responden. Pero ya es tiempo de que nos retiremos de aquí, yo para morir, vosotros para vivir. Considerad, atenienses, que yo tengo que habérmelas con dos suertes de acusadores, como os he dicho: los que me están acusando ha mucho tiempo, y los que ahora me citan ante el tribunal; y creedme, os lo suplico, es preciso que yo responda por lo pronto a los primeros, porque son los primeros a quienes habéis oído y han producido en vosotros más profunda impresión. Y así como si fuese yo un extranjero, me disimularíais que os hablase de la manera y en el lenguaje de mi país, en igual forma exijo de vosotros, y creo justa mi petición, que no hagáis aprecio de mi manera de hablar, buena o mala, y que miréis solamente, con toda la atención posible, si os digo cosas justas o no, porque en esto consiste toda la virtud del juez, como la del orador: en decir la verdad. Esta es la razón, jueces míos, para que nunca perdáis las esperanzas aún después de la tumba, fundados en esta verdad; que no hay ningún mal para el hombre de bien, ni durante su vida, ni después de su muerte; y que los dioses tienen siempre cuidado de cuanto tiene relación con [86] él; porque lo que en este momento me sucede a mí no es obra del azar, y estoy convencido de que el mejor partido para mí es morir desde luego y libertarme así de todos los disgustos de esta vida. Puedes especificar en tu navegador web las condiciones de almacenamiento y acceso de cookies, Quienes eran los acusadores y en nombre de quien lo hicieron, Un poema sobre los influencers positivos y negativos. Estando convencidísimo de que no he hecho daño a nadie, ¿cómo he de hacérmelo a mí mismo, confesando que merezco ser castigado, e imponiéndome a mí mismo una pena? Apología de Sócrates 【resumen y personajes】, Leyenda de Yurupary 【resumen y personajes】, Crónica de una muerte anunciada 【resumen y personajes】, El evangelio según Jesucristo 【resumen y personajes】, El Sabueso de los Baskerville 【resumen y personajes】, Orgullo y prejuicio 【resumen y personajes】, Las aventuras del capitán Alatriste 【resumen y personajes】, El retrato de Dorian Gray 【resumen y personajes】. ¿Cuándo me acusas de corromper a la juventud y de volverla peor, dices que la corrompo intencionalmente o sin quererlo? Por último Sócrates demuestra que la acusación de que no cree en los dioses es falsa, pues hace que Melito acepte que Sócrates sí cree en los Demonios, como hijos de los dioses, y si cree en estos, no puede ser que no crea en los dioses. {6} Este combate fue dado por Cellicratidas, general de los lacedemonios, contra los diez generales atenienses. Con respecto a mí, confieso que me he desconocido a mí mismo; tan … ¿Qué hombre conocemos que sea capaz de dar lecciones sobre los deberes del hombre y del ciudadano? Yo creía, que allí mejor que en otra parte, encontraría materiales para rebatir al oráculo, y presentarle un hombre más sabio que yo, por más que me hubiere declarado el más sabio de los hombres. [74]. Si me concedéis esta gracia, lo mismo yo que mis hijos no podremos menos de alabar vuestra justicia. Dice que soy culpable porque corrompo la juventud; y yo, atenienses, digo que el culpable es Melito, en cuanto, burlándose de las cosas serias, tiene la particular complacencia de arrastrar a otros ante el tribunal, queriendo figurar que se desvela mucho por cosas por las que jamás ha hecho ni el más pequeño sacrificio y voy a probároslo. En efecto, quizá las cosas han debido pasar así, y en mi opinión no han podido pasar de mejor modo. Si es esto lo que pretenden, confieso que soy un gran orador; pero no lo soy a su manera; porque, repito, no han dicho ni una sola palabra verdadera, y vosotros vais a saber de mi boca la pura verdad, no, ¡por Júpiter!, en una arenga vestida de sentencias brillantes y palabras escogidas, como son los discursos de mis acusadores, sino en un lenguaje sencillo y espontáneo; porque descanso en la confianza de que digo la verdad, y ninguno de vosotros debe esperar otra cosa de mí. Yo responderé por ti si no quieres responder. Pero en medio del peligro, no he creído que debía rebajarme a un hecho tan cobarde y tan vergonzoso, y después de vuestra sentencia no me arrepiento de no haber cometido esta indignidad, porque quiero más morir después de haberme defendido como me he defendido, que vivir por haberme arrastrado ante vosotros. ¿Pero qué medio hay para destruir tantas calumnias en un tan corto espacio de tiempo? Si lo que digo no fuese cierto, os sería fácil convencerme de ello; porque si yo corrompía los jóvenes, y de hecho estuviesen ya corrompidos, sería preciso que los más avanzados en edad, y que saben en conciencia que les he dado perniciosos consejos en su juventud, se levantasen contra mí y me hiciesen castigar; y si no querían hacerlo, sería un deber en sus parientes, como sus padres, sus hermanos, sus tíos, venir a pedir venganza contra el corruptor de sus hijos, de sus sobrinos, de sus hermanos. Academia.edu uses cookies to personalize content, tailor ads and improve the user experience. Por otra parte, muchos jóvenes de las más ricas [58] familias en sus ocios se unen a mí de buen grado, y tienen tanto placer en ver de qué manera pongo a prueba a todos los hombres que quieren imitarme con aquellos que encuentran; y no hay que dudar que encuentran una buena cosecha, porque son muchos los que creen saberlo todo, aunque no sepan nada o casi nada. Melito me juzga digno de muerte; en buen hora. Voy a explicaros lo que tanto me ha desacreditado y ha hecho mi nombre tan famoso. Texto: Platón, Apología de Sócrates. La examinaremos punto por punto. Luego que de él me separé, razonaba conmigo mismo, y me decía: —Yo soy más sabio que este hombre. Orador y político ateniense, que al igual que los anteriores, también acusa a Sócrates. Os han prevenido contra mí en una edad, que ordinariamente es muy crédula, porque erais niños la mayor parte o muy jóvenes cuando me acusaban ante vosotros en plena libertad, sin que el acusado les contradijese; y lo más injusto es que no me es permitido conocer ni nombrar a mis acusadores, a excepción de un cierto autor de comedias. 13. lejos de verme e instruirme, me arrastras ante este tribunal, donde la ley quiere que se cite a los que merecen castigos, pero no a los que sólo tienen necesidad de prevenciones. Jamás he tenido por oficio el enseñar, y si ha habido algunos jóvenes o ancianos que han tenido deseo de verme a la obra y oír mis conversaciones, no les he negado esta satisfacción, porque como no es mercenario mi oficio, no rehúso el hablar, aun cuando con nada se me retribuye y estoy dispuesto siempre a espontanearme con ricos y pobres, dándoles toda anchura para que me pregunten, y, si lo prefieren, para que me respondan a las cuestiones que yo suscite. WebPor esta razón, la única gracia, atenienses, que os pido es que cuando veáis que en mi defensa emplee [50] términos y maneras comunes, los mismos de que me he servido … No son las palabras, atenienses, las que me han faltado; es la impudencia de no haberos dicho cosas que hubierais gustado mucho de oír. Y así como si fuese yo un extranjero, me disimularíais que os hablase de la manera y en el lenguaje de mi país, en igual forma exijo de vosotros, y creo justa mi petición, que no hagáis aprecio de mi manera de hablar, buena o mala, y que miréis solamente, con toda la atención posible, si os digo cosas justas o no, porque en esto consiste toda la virtud del juez, como la del orador: en decir la verdad. Sócrates no cayó en este lazo. Se levantará contra vosotros y os reprenderá un gran número de personas, que han estado contenidas por mi presencia, aunque vosotros no lo apercibíais; pero después de mi muerte serán tanto más importunos y difíciles de contener, cuanto que son más jóvenes; y más os irritareis vosotros, porque si creéis que basta matar a unos para impedir que otros os echen en cara que vivís mal, os engañáis. No hay nadie, excelente Melito. En su defensa, Sócrates distingue entre dos tipos de acusadores, por un lado los antiguos acusadores o anónimos, los cuales han esparcido calumnias sobre él durante años y, por otro lado, los nuevos … Por testigo de mi sabiduría os daré al mismo Dios de Delfos, que os dirá si la tengo, y en qué consiste. He aquí, atenienses, la verdad pura; no os oculto ni disfrazo nada, aun cuando no ignoro que cuanto digo no hace más que envenenar la llaga; y esto prueba que digo la verdad, y que tal es el origen de estas calumnias. Pese a que no dejó ninguna obra escrita y son escasas las ideas que pueden atribuírsele con seguridad, Sócrates es una figura capital del pensamiento antiguo, hasta el punto de ser llamados presocráticos los filósofos anteriores a él. Después de estos grandes hombres de Estado me fui a los poetas, tanto a los que hacen tragedias como a los poetas ditirámbicos{2} y otros, no dudando que con ellos se me cogería in fraganti, como suele decirse, encontrándome más ignorante que ellos. ¡Qué placer el poder comparar mis aventuras con las suyas! Advierto que sólo por tres votos no he sido absuelto. He oído [53] decir, que vino aquí un hombre de Paros, que es muy hábil; porque habiéndome hallado uno de estos días en casa de Callias hijo de Hiponico, hombre que gasta más con los sofistas que todos los ciudadanos juntos, me dio gana de decirle, hablando de sus dos hijos: —Callias, si tuvieses por hijos dos potros o dos terneros, ¿no trataríamos de ponerles al cuidado de un hombre entendido, a quien pagásemos bien, para hacerlos tan buenos y hermosos, cuanto pudieran serlo, y les diera todas las buenas cualidades que debieran tener? Os referiré cosas poco agradables, mucho más en boca de un hombre, que tiene que hacer su apología, pero que son muy verdaderas. ¿Qué decían mis primeros acusadores? Por lo pronto soy extraño al lenguaje que aquí se habla. Intrigantes, activos y numerosos, hablando de mí con plan combinado y con una elocuencia capaz de seducir, ha largo tiempo que os soplan al oído todas estas calumnias que han forjado contra mí, y hoy han destacado con este objeto a Melito, Anito y Licon. Si creo en cosas demoníacas, necesariamente creo en los demonios; ¿no es así? Sé el primero en puntuar. ¡Oh maravilloso Melito!, ¿por qué dices eso? Venga lo que los dioses quieran, es preciso obedecer a la ley y defenderse. No por esto me desanimé; fui en busca de otros, conociendo bien que me hacia odioso, y haciéndome violencia, porque temía los resultados; pero me parecía que debía, sin dudar, preferir a todas las cosas la voz del Dios, y para dar con el verdadero sentido del oráculo, ir de puerta en puerta por las casas de todos aquellos que gozaban de gran reputación; pero, ¡oh Dios!, he aquí, atenienses, el fruto que saqué de mis indagaciones, porque es preciso deciros la verdad; todos aquellos que pasaban por ser los más sabios, me parecieron no [56] serlo, al paso que todos aquellos que no gozaban de esta opinión, los encontré en mucha mejor disposición para serlo. Melito, en nombre de esos mismos dioses de que ahora se trata, explícate de una manera un poco más clara, por mí y por estos jueces, porque no acabo de comprender, si me acusas de enseñar que hay muchos dioses, (y en este caso, si creo que hay dioses, no soy ateo, y falta la materia para que sea yo culpable) o si estos dioses no son del Estado. Estos son los que le han acusado. Pero la única cosa que me he propuesto toda mi vida en público y en particular es no ceder ante nadie, sea quien fuere, contra la justicia, ni ante esos mismos tiranos que mis calumniadores quieren convertir en mis discípulos. WebEl juicio de Sócrates se refiere al juicio y posterior ejecución del filósofo ateniense Sócrates en 399 a. C. Sócrates fue enjuiciado y condenado por los tribunales del gobierno … Quizá algunos de entre vosotros creerán que yo no hablo seriamente, pero estad persuadidos de que no os diré más que la verdad. Quizá presentándose a su espíritu esta diferencia, les agriará contra mí, y dando en tal situación su voto, le darán con indignación. ¿No es una ignorancia vergonzante creer conocer una cosa que no se conoce? Por otra parte, estos acusadores son en gran número, y hace mucho tiempo que están metidos en esta trama. Regístrate para leer el documento completo. Y si los demonios son hijos de los dioses, hijos bastardos, si se quiere, puesto que se dice que han sido habidos de ninfas o de otros seres mortales, ¿quién es el hombre que pueda creer que hay hijos de dioses, y que no hay dioses? Enter the email address you signed up with and we'll email you a reset link. No creáis, atenienses, que me haya conmovido el fallo que acabáis de pronunciar contra mí, y esto por muchas razones; la principal, porque ya estaba preparado para recibir este golpe. Todo el poder de estos treinta tiranos, por terrible que fuese, no me intimidó, ni fue bastante para que me manchara con tan impía iniquidad. Pero sin hablar de la opinión, atenienses, no me parece justo suplicar al juez ni hacerse absolver a fuerza de súplicas. No digo esto por todos los jueces, sino tan sólo por los que me han condenado a muerte, y a ellos es a quienes me dirijo. En fin, no estoy acostumbrado a juzgarme acreedor a ninguna pena. Cuando mis hijos sean mayores, os suplico los hostiguéis, los atormentéis, como yo os he atormentado a vosotros, si veis que prefieren las riquezas a la virtud, y que se creen algo cuando no son nada; no dejéis de sacarlos a la vergüenza, si no se aplican a lo que deben aplicarse, y creen ser lo que no son; porque así es como yo he obrado con vosotros. Los que habéis conversado conmigo, y que estáis aquí en gran número, os conjuro a que declaréis, si jamás me oísteis hablar de semejante clase de ciencias ni de cerca ni de lejos; y por esto conoceréis ciertamente, que en todos esos rumores que se han levantado contra mí, no hay ni una sola palabra de verdad; y si alguna vez habéis oído, que yo me dedicaba a la enseñanza, y que exigía salario, es también otra falsedad. En efecto, nadie conoce la muerte, ni sabe si es el mayor de los bienes para el hombre. Sabían cosas que yo ignoraba, y en esto eran ellos más sabios que yo. No tengo ningún resentimiento contra mis acusadores, ni contra los que me han condenado, aun cuando no haya sido su intención hacerme un bien, sino por el contrario hacerme un mal, lo que sería un motivo para quejarme de ellos. El revela que primero responderá a sus acusadores. Bajo mi palabra, atenienses, difícil será que encontréis otro hombre que llene esta misión como yo; y si queréis creerme, me salvareis la vida. El juicio de Sócrates se revela en la primera parte de la Apología de Sócrates. ¡Ah! A lo que Melito contesta, las leyes. Te invitamos a disfrutar del resumen y análisis de Apología de Sócrates. Todos conocéis a Querefon, mi compañero en la infancia, como lo fue de la mayor parte de vosotros, y que fue desterrado con vosotros, y con vosotros volvió. ¿Y cuál es? Se sigue de aquí, que todos los atenienses pueden hacer los jóvenes mejores, menos yo; sólo yo los corrompo; ¿no es esto lo que dices? Para lo sucesivo tendré a Éveno por muy dichoso, si es cierto que tiene este talento y puede comunicarlo a los demás. ¿Pero tú acusas a Anaxagoras, mi querido Melito? Dinos, pues, el hecho de verdad, para que no formemos un juicio temerario. Respóndeme, Melito. Para mí, si es esto verdad, moriría gustoso mil veces. Pero tú has probado suficientemente, Melito, que la educación de la juventud no es cosa que te haya quitado el sueño, y tus discursos acreditan claramente, que jamás te has ocupado de lo mismo que motiva tu acusación contra mí. Pero era necesario que me obcecara bien el amor a la vida, atenienses, si no viera que si vosotros, que sois mis conciudadanos, no habéis podido sufrir mis conversaciones ni mis máximas, y de tal manera os han irritado que no habéis parado hasta deshaceros de mí, con mucha más razón los de otros países no podrían sufrirme. Objetivo: “ciertamente, atenienses, es justo que yo me defienda, en primer lugar, frente a las primeras acusaciones falsas contra mí y a los primeros acusadores; después, frente a las ultimas y a los últimos”. La que es a la vez muy decente y muy fácil es, no cerrar la boca a los hombres, sino hacerse mejor. Sócrates, pasándole la mano suavemente por la cabeza, le dijo con la risa en los labios: ¡Amigo mío!, ¿querrías más verme morir culpable? Y puesto que tú tienes por hijos hombres, ¿qué maestro has resuelto darles? OBJETIVOS ESPECIFICOS No os incomodéis, atenienses, si al parecer os hablo de mí mismo demasiado ventajosamente; nada diré que proceda de mí, sino que lo atestiguaré con una autoridad digna de confianza. —¿Quién es, le repliqué, de dónde es, y cuánto lleva? y notas de la Vita Socratis philosophi [La vida del filósofo Sócrates] de Giannozzo Manetti, en AA.VV., El Renacimiento italiano. Por otro lado, Sócrates hace una advertencia. Todos aquellos que ellos convencen de su ignorancia la toman conmigo y no con ellos, y van diciendo que hay un cierto Sócrates que es un malvado y un infame que corrompe a los jóvenes; y cuando se les pregunta qué hace o qué enseña, no tienen qué responder, y para disimular su flaqueza se desatan con esos cargos triviales que ordinariamente se dirigen contra los filósofos; que indaga lo que pasa en los cielos y en las entrañas de la tierra, que no cree en los dioses, que hace buenas las más malas causas; y todo porque no se atreven a decir la verdad, que es que Sócrates los coge in fraganti, y descubre que figuran que saben, cuando no saben nada. WebEste primer volumen dedicado a Platón (427-347 a. C.) incluye, junto con el segundo, los diálogos iniciales, los llamados de juventud o «socráticos», en los que la hondísima impresión que le produjo Sócrates (al que conoció teniendo dieciocho años, momento en que vivió su «conversión» a la filosofía) se manifiesta en una constante presencia del … Una de dos, o yo no corrompo a los jóvenes, o si los corrompo lo hago sin saberlo y a pesar mío, y de cualquiera manera que sea eres un calumniador. WebApología de Sócrates es una obra de Platón, que da una versión del discurso que Sócrates pronunció como defensa, ante los tribunales atenienses, en el juicio en el que se le … Es decir, porque muchos se habían vuelto sus discípulos. Control de lectura. Traducido por Marcelino Menéndez Pelayo "Bruto o de los ilustres oradores", M. TVLLI CICERONIS : DE ORATORE. Academia.edu no longer supports Internet Explorer. Era nativo del demo de Piteas y aún no era casi conocido hasta que hizo la acusación contra Sócrates, aunque es mencionado por Aristófanes, quien dice que en su juventud habría escrito alguna obra. No sería propio de mi edad, venir, atenienses, ante vosotros como un joven que hubiese preparado un discurso. Remontémonos, pues, al primer origen de la acusación, [52] sobre la que he sido tan desacreditado y que ha dado a Melito confianza para arrastrarme ante el tribunal. {12} Los ciudadanos de grandes servicios eran mantenidos en el Pritaneo con los cincuenta senadores en ejercicio. Análisis Los acusadores. Y no sólo les pagan la enseñanza, sino que contraen con ellos una deuda de agradecimiento infinito. WebApología de Sócrates (Ἀπολογία Σωκράτους) es una obra de Platón, que da una versión del discurso que Sócrates pronunció como defensa, ante los tribunales atenienses, en el juicio en el que se le acusó de corromper a la juventud y no creer en los dioses de la polis.. Aunque su datación exacta es incierta, el texto, por su temática, pertenece al ciclo … Ayudar en el alumno para tomar mejores decisiones por medio de la filosofí... Buenas Tareas - Ensayos, trabajos finales y notas de libros premium y gratuitos | BuenasTareas.com. Le refuta sus alegatos y los aniquila con sus preguntas. ¿Por no sufrir el suplicio a que me condena Melito, suplicio que verdaderamente no sé si es un bien o un mal, iré yo a escoger alguna de esas penas, que sé con certeza que es un mal, y me condenaré yo mismo a ella? Sócrates trata por todos los medios de defender su pensamiento y forma de vida. Posteriormente, se conocen las acusaciones que Sócrates intenta refutar. También por no creer en los dioses. Dicho esto no tengo nada que añadir. Sin embargo, puedo asegurarlo, no han dicho una sola palabra que sea verdad. «Sócrates es un impío; por una curiosidad criminal quiere penetrar lo que pasa en los cielos y en la tierra, convierte en buena una mala causa, y enseña a los demás sus doctrinas.» Poeta ateniense, pieza clave en el juicio contra Sócrates. Es justo que comience por responder a mis primeros acusadores, y por refutar las primeras acusaciones, antes de llegar a las últimas que se han suscitado contra mí.
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